Estos radicales libres (moléculas de oxígeno) excesivos causan lesiones celulares. Cuanto mayor sea el daño que causen, tanto mayor será la posibilidad de presentar arrugas, enfermedades crónicas y otras enfermedades incluyendo el cáncer de piel.
La agresión oxidativa está causada por el desequilibrio entre la producción de radicales libres y la capacidad del organismo para neutralizarlos con antioxidantes. Dado que la luz UV tiene una longitud de onda corta, sólo puede penetrar a través del estrato córneo, la epidermis y la dermis (las capas superiores) pero no de la hipodermis (la capa inferior), aunque es capaz de causar un conjunto de complicaciones en el seno de estos tejidos.
Lee más acerca de la estructura de la piel.
La luz UV se presenta en tres formas: Ultravioleta A (UVA), ultravioleta B (UVB) y ultravioleta C (UVC):
- Aunque la UVB proporciona la energía que la piel necesita para elaborar Vitamina D, es también responsable del eritema solar y del daño directo del ADN.
- La UVA también contribuye al daño cutáneo, especialmente al envejecimiento prematuro.
- La UVC es bloqueada por la atmósfera terrestre y, en consecuencia, no llega hasta la piel.